Paella con chile

lunes, diciembre 18, 2006

¡Una paella monumental!

En diciembre de 2006 tuve oportunidad de acudir a un circuito de carreras, donde finalmente no vi competencia alguna ni práctica de coches, pero sí tuve oportunidad de presenciar un espectáculo gastronómico al ver cómo se prepara una paella gigante, el platillo más típico de Valencia en el que el arroz es el ingrediente principal.

Lo que más curioso me resultó es saber que hay empresas restauranteras dedicas a preparar paellas gigantes y cuya elaboración es interesante y digna de apaludirse, pues hay que saberlas hacer.

Por cierto, el nombre de "paella" viene precisamente porque así se llama el recipiente donde se ésta se cocina; una pieza sencilla, plana y con dos asas.

Dada su magnitud y forma de prepararse, este tipo de paella gigante se cocina al aire libre, en que el equipo de trabajo, sus instrumentos y los ingredientes que usan, son cercados con vallas, de tal manera que el público presente se coloca alrededor, observando plácidamente cómo se va preparando tan delicioso platillo.

Las paellas gigantes se cocinan para ocasiones especiales, aunque muchos pueblos regularmente contratan este servicio para culminar la celebración de fiestas patronales u otros festejos.

En el caso de la que tuve oportunidad de presenciar, los mismos cocineros bajaron de un camión el enorme paellero, el cual instalaron sobre una estructura metálica a determinada altura del suelo, formado esta vez por arena. Luego pusieron leños, mismos que prendieron con fuego. Una vez colocada la paella, los experto empezaron a echar litros de aceite de oliva y una vez que éste estuvo caliente, tomaron cajas de plástico con trozos de pollo y conejo, mismos que iban aventando a lo largo y ancho del recipiente.

Con largos cucharones removían la carne hasta que ésta quedó dorada. A continuación echaron judías verdes planas, que son como ejotes, pero más anchos y grandes. Luego añadieron litros de tomate natural triturado, removieron y agregaron después puños de pimentón. Y como si fueran a tirar agua a la calle, con sendas cubetas fueron echando litros y litros de agua al recipiente, sin dejar de remover, para luego agregar colorante alimentario (dicen que hay quienes en este caso usan hebras de azafrán, que es una especie que le da más sabor, pero que también acá es muy cara), sal y otra vez varias cajas recipientes con garrofón (algo así como alubias).

Una vez más removidos todos estos ingredientes, dejaron que esto hirviera por varios minutos para incorporar -ahora sí-, el arroz que contenían en varias cubetas de plástico y que iban depositando una a una. Eso sí, el arroz que utilizan para la tradicional paella, no es el típico arroz largo que solemos usar en México, sino un arroz redondo que incluso se cultiva en esta comunidad.

Al final y luego de esperar poco más de una hora, el apetito por probar la paella era inevitable. Entonces vino la enorme fila de personas que se fueron formando para acercarse y recoger los platos que los mismos cocineros iban sirviendo.

¿Y cuántas personas disfrutaron de este platillo? La verdad no supe, pero sí sé que este tipo de paellas son para 500 comensales. ¡Así que imagínense!