Paella con chile

viernes, febrero 23, 2007

De tianguis y mercadillos

Como muchas ciudades de otros países, España también tiene sus tianguis donde lo mismo se venden cosas usadas, antiguas y ¡hasta robadas! Un estilo de comercio muy antiguo en la Unión Europea que impulsa la venta ambulante legal.

Se puede decir que en este país hay dos tipos de tianguis, el conocido como “El Rastro”, un sitio que se instala cada domingo en una zona accesible a los ciudadanos, donde lo mismo se pueden encontrar piezas curiosas, antiguas y hasta de colección. También están los que simplemente se llaman “Mercadillos” o “Mercadito”.

“El Rastro” corresponde a la compra y venta de artículos más definidos como antigüedades, objetos diferentes y hasta muebles viejos que, restaurados, se pueden convertir en una hermosa pieza. Claro, en estos sitios es inevitable encontrar objetos robados a la venta. Por eso y como en todas partes, muchas personas dicen que si a uno le han robado algo, en “El Rastro” quizá lo puede encontrar.

Tanto en Madrid como en Valencia estos tianguis tienen muchas visitas los domingos, pues lo mismo se les acerca público que va sólo a curiosear o a comprar cualquier cosa que les parezca atractiva, a un buen precio.

Y así como en los tianguis mexicanos se practica el “regateo”, “El Rastro” no es la excepción, pues si uno se lo propone y sabe hacerlo, se puede llevar un buen objeto a un precio menor que el de salida.

Cuando conocí el tianguis de Valencia, me recordó a la famosa “Línea de fuego” que se instala en León también los domingos. Con la diferencia de que aquel es demasiado grande y tiene tantos puestos, que ahí uno encuentra de todo, desde herramientas, piezas usadas (o robadas) de coches, sin dejar a un lado ropa y objetos usados.

Por otro lado, en toda España también existen los famosos "Mercadillos", que quizá corresponden a las “pulgas” de algunas ciudades mexicanas y cuyos puestos venden textil, calzado y productos de alimentación. Los vendedores ambulantes se van instalando cada día de la semana en diferentes pueblos o zonas por espacio de 7 horas, 5 dedicadas al comercio y las otras dos a montar y desmontar local y artículos. En su mayoría son gitanos los que regentean los puestos, quienes con un estilo muy peculiar hacen de su trabajo comercial un momento agradable a quien anda viendo lo expuesto.

Los españoles son muy asiduos a hacer sus compras en este tipo de tianguis, sobre todo las de comida, ya que también instalan puestos de frutas, verduras, charcutería, aceitunas preparadas en diferentes formas y hasta abarrote. Sin olvidar, lógicamente, la venta de ropa, calzados, bolsos y accesorios femeninos.

Este tipo de comercio ambulante tiene años de realizarse en este país, a veces llevado de familia en familia, pues se van pasando los puestos unos a otros.

lunes, diciembre 18, 2006

¡Una paella monumental!

En diciembre de 2006 tuve oportunidad de acudir a un circuito de carreras, donde finalmente no vi competencia alguna ni práctica de coches, pero sí tuve oportunidad de presenciar un espectáculo gastronómico al ver cómo se prepara una paella gigante, el platillo más típico de Valencia en el que el arroz es el ingrediente principal.

Lo que más curioso me resultó es saber que hay empresas restauranteras dedicas a preparar paellas gigantes y cuya elaboración es interesante y digna de apaludirse, pues hay que saberlas hacer.

Por cierto, el nombre de "paella" viene precisamente porque así se llama el recipiente donde se ésta se cocina; una pieza sencilla, plana y con dos asas.

Dada su magnitud y forma de prepararse, este tipo de paella gigante se cocina al aire libre, en que el equipo de trabajo, sus instrumentos y los ingredientes que usan, son cercados con vallas, de tal manera que el público presente se coloca alrededor, observando plácidamente cómo se va preparando tan delicioso platillo.

Las paellas gigantes se cocinan para ocasiones especiales, aunque muchos pueblos regularmente contratan este servicio para culminar la celebración de fiestas patronales u otros festejos.

En el caso de la que tuve oportunidad de presenciar, los mismos cocineros bajaron de un camión el enorme paellero, el cual instalaron sobre una estructura metálica a determinada altura del suelo, formado esta vez por arena. Luego pusieron leños, mismos que prendieron con fuego. Una vez colocada la paella, los experto empezaron a echar litros de aceite de oliva y una vez que éste estuvo caliente, tomaron cajas de plástico con trozos de pollo y conejo, mismos que iban aventando a lo largo y ancho del recipiente.

Con largos cucharones removían la carne hasta que ésta quedó dorada. A continuación echaron judías verdes planas, que son como ejotes, pero más anchos y grandes. Luego añadieron litros de tomate natural triturado, removieron y agregaron después puños de pimentón. Y como si fueran a tirar agua a la calle, con sendas cubetas fueron echando litros y litros de agua al recipiente, sin dejar de remover, para luego agregar colorante alimentario (dicen que hay quienes en este caso usan hebras de azafrán, que es una especie que le da más sabor, pero que también acá es muy cara), sal y otra vez varias cajas recipientes con garrofón (algo así como alubias).

Una vez más removidos todos estos ingredientes, dejaron que esto hirviera por varios minutos para incorporar -ahora sí-, el arroz que contenían en varias cubetas de plástico y que iban depositando una a una. Eso sí, el arroz que utilizan para la tradicional paella, no es el típico arroz largo que solemos usar en México, sino un arroz redondo que incluso se cultiva en esta comunidad.

Al final y luego de esperar poco más de una hora, el apetito por probar la paella era inevitable. Entonces vino la enorme fila de personas que se fueron formando para acercarse y recoger los platos que los mismos cocineros iban sirviendo.

¿Y cuántas personas disfrutaron de este platillo? La verdad no supe, pero sí sé que este tipo de paellas son para 500 comensales. ¡Así que imagínense!

jueves, septiembre 14, 2006

Regreso a clases

Se acabó el Verano y en cierta manera el ritmo de las fiestas también fue bajando en algunas poblaciones. Ahora hay que reanudar las clases, luego de casi tres meses de vacaciones.
El famoso regreso a clases aquí también representa un fuerte desembolso para cualquier familia, como igual sucede en nuestro país, aunque con ciertas e interesantes diferencias.

Acá los libros de primaria no los regala el gobierno, como en nuestra tierra. Los padres de familia tienen que comprarlos y curiosamente así como se venden en librerías, también los puede adquirir uno en tiendas de autoservicio, previa reserva en junio con la aplicación de un buen descuento.

Para tratarse de libros de educación básica, los precios son altos. En un grado como quinto, el costo total de los libros, para 6 ó 7 materias, puede ascender a 250 euros.

Sin embargo, aquí viene lo bueno, los ayuntamientos crean sus propias estrategias de ayuda a los ciudadanos a través del otorgamiento de “cheques escolares”, “ayudas para libros”, “comedor escolar” o “transporte escolar” (que todavía se usa mucho por acá), pues con los horarios escolares entre 9:00 y 9:30 hasta las 4:30 ó 5:00 de la tarde, los centros tienen que dar el servicio de comedor, el cual es subsidiado en instituciones públicas.

Con estos apoyos, los padres de familia encuentran un gran respaldo a sus gastos.
La cantidad del cheque escolar varía según el ayuntamiento, pero por citar el de Ribarroja, éste lo otorga por 60 euros por alumno.

La idea de este subsidio es que los ciudadanos lo canjeen por mercancía relacionada con la actividad escolar en la mayoría de los establecimientos comerciales de la población, los cuales a su vez serán reembolsados por dinero por el mismo ayuntamiento. Esto con el fin de impulsar el comercio local.

Y así como este subsidio están los otros mencionados que se otorgan bajo ciertos requisitos, pero que al final de cuentas sirven de mucha ayuda.

Las escuelas públicas son las que más se benefician con estas ayudas, mientras que las que pertenecen a la educación concertada reciben sólo algunos subsidios y las particulares ninguna, porque cobran colegiaturas y otros servicios que ofrecen.

domingo, septiembre 10, 2006

La fideua gigante

Hay poblaciones como Ribarroja, en que en menos de dos meses se juntan tres fiestas que duran una o dos semanas. En el caso de esta población, en que a mediados de agosto llegaron los primeros festejos en honor de la Virgen Asunción de Nuestra Señora, luego las festividades de los jóvenes o solteros y en ese mismo mes, así como en septiembre, las Fiestas del Cristo de los Afligidos.

En la primeras celebraciones el programa incluyó proyección de películas, actividades deportivas, infantiles, la preparación de una “fideua gigante” en un parque público y la recreación espectacular de “La entrada de Moros y Cristianos”, que también se lleva a cabo en otras poblaciones de este país.

Este último acto es quizá uno de los que luce más, por la espectacularidad con que se realiza, desde el vestuario, el uso de carrozas con caballos o elefantes, hasta la fila que integran varios personas en grupos, ya sea de hombres o mujeres, todos caminando a paso lento pero igual, entrelazados de los brazos al compás del ritmo de música mora y bajo el mando de un hombre que aparentemente los va dirigiendo con espada en mano.

Este conmemoración representa la reconquista de la Península Ibérica por parte de los cristianos y si por algo se distingue, es porque los grupos organizadores se lucen cada vez más, sobre todo en el vestuario. De hecho he leído que la mejor exhibición de Moros y Cristianos se lleva a cabo en una ciudad llamada Alcoi, pertenciente a esta misma comunidad valenciana, y que incluso este año 2006 participa en el desfile de la Hispanidad, a celebrarse en octubre, en Nueva York.

Sobre la “fideua gigante” que se preparó en Ribarroja con motivo de las fiestas, ésta tuvo lugar en un parque donde una empresa experta en estos platillos, la preparó frente a muchas personas, para luego servirla en platos.


De hecho se instalaron mesas con sillas para los ciudadanos, quienes formados esperaron su turno para recibir su plato y su bebida, ya fuera sangría o refresco.

Y como en todo evento que organiza los ayuntamientos, los alcaldes no pueden faltar, más si se trata de ganarse al pueblo. Así que el edil de esta población, Francisco Tarazona, estuvo tan al pendiente de la preparación de dicha fideua, como de servir personalmente los primeros platos.

La cena fue amenizada luego por una orquesta en vivo que puso a bailar a parejas de personas mayores, quienes al ritmo de pasosdobles, le pusieron más sabor a esa noche.

viernes, septiembre 08, 2006

Grato encuentro con El Consorcio

Y siguiendo con los últimas fiestas patronales de este verano de 2006, en Manises, población cercana a Ribarroja, donde vivo, tuve el gusto de asistir a un concierto al aire libre y gratuito, que ofreció ni más ni menos que aquel famoso grupo Mocedades, conocido desde hace unos años para acá como El Consorcio.

La cita fue temprano, algo así como a las 9 de la noche, justo en una calle que cerraron y sobre la cual instalaron un templete para músicos y cantantes y abajo, sillas en filas para el público asistente, en su mayoría integrado por personas maduras y algo más que maduras.

Grato fue para mi ver a este quintento en persona (por cierto, originario de Bilbao), que desde que conocí su música en México me gustó mucho, sobre todo ese estilo único de su voz principal, Amaya. Pero también fue sorprendente, llegar al sitio, colarme entre la gente que estaba parada (lógicamente no alcancé silla) y descubrir con asombro que los años han pasado y sus integrantes ya son personas muy mayores, tanto que Amaya quien tiene el cabello totalmente blanco, actúa ahora apoyada con un bastón, sin embargo fue un placer descubrir que no deja de tener la misma voz que siempre le dio identidad al grupo.

Ni qué decir del resto de sus integrantes, Iñaki y Estíbaliz (hermanos de Amaya); Sergio (esposo de Estíbaliz, con la cual hizo aquel famoso dueto cuyo gran éxito fue "Búscame") y Carlos, quienes también se ven más mayores, pero siguen conservando esas voces armoniosas y rítmicas, que muchas veces parecían no necesitar siquiera de instrumento alguno.

La velada, por demás fue una delicia. El Consorcio evocó con sus voces los grandes éxitos que les dieron fama no sólo en la propia España, sino que les permitieron cruzar el Atlántico y triunfar en varios países.

Combinaron temas antiguos con los de su álbum reciente, titulado "De ida y vuelta", el cual por cierto incluye temas de José Alfredo Jiménez y Agustín Lara y que fue un gustazo haberlos escuchado esa noche en las voces de este grupo.

¡Uy, qué gusto fue haber escuchado en vivo temas como "Eres tú", "Tómame o déjame", "El Vendedor" y "Amor de hombre", entre otros!!