Paella con chile

jueves, abril 13, 2006

'Creyentes más no practicantes'

Escuché por ahí decir a un español, que “los españoles sólo son católicos en Semana Santa”. No sé si esto será falso o verdadero, pero lo cierto es que sorprende ver la forma cómo celebran la Semana Santa en este país, donde una gran mayoría se dice “soy creyente más no practicante”.

Sin embargo, me inclino por pensar que los Días Santos, incluso más que la Navidad, es la época del año en que los españoles se manifiestan más católicos, pero no tanto por sus creencias, sino porque es temporada vacacional en la que están acostumbrados a celebrar este periodo de una forma peculiar y espectacular.

En muchas ciudades del país se llevan a cabo grandes procesiones que incluso son conocidas a nivel internacional, gracias a que el rito religioso lo proyectan en múltiples facetas culturales.

Las celebraciones más especiales y completas las realizan en ciudades como Sevilla, Málaga (de donde es originario el actor Antonio Banderas y a donde viene cada año, ya que forma parte de una cofradía), Córdoba, Granada, Huelva, Jerez y Cádiz. Los habitantes se vuelcan ante las imágenes de Jesús y María, a quienes veneran integrados en cofradías o hermandades, con saetas, vestuarios especiales y pasos peregrinos con música silenciosa que ejecutan bandas, y cuyos sonidos a veces resultan impactantes.

En la Comunidad Valenciana también se llevan a cabo procesiones y actos religiosos en todas sus poblaciones, pero hay una que sobresale. Se trata de la "Semana Santa Marinera", llamada así porque se desarrolla justo en calles cercanas a la playa principal de la ciudad, La Malvarrosa, y cuyos miembros, integrados en cofradías, hermandades y coporaciones, representan la Pasión y Muerte de Jesucristo con carrozas que portan grandes imágenes de Cristo en diferentes expresiones.

Aún así, las celebraciones tienen matices diferentes a las nuestras, pues mientras que en ciudades mexicanas, particularmente en el sur, se llevan a cabo representaciones de una manera sencilla que invita más a la reflexión y al recogimiento, acá la mezcla de emociones que se experimentan, se le atribuye a lo vistoso del vestuario, al canto de los pregoneros, al paso lento pero firme que dan los hombres que llevan las plataformas con pesadas imágenes y, sobre todo, a esa música de banda que cala a cada paso.

Lo que también resulta interesante es la participación de las autoridades en los actos religiosos, lo cual es muy común acá, ya sea como invitados o como creyentes, si es que en verdad lo son. Ejemplo de ello son la alcaldesa de Valencia, Rita Barberà y el alcalde de Ribarroja, Francisco Tarazona, a quienes me ha tocado ver en algunos actos católicos, incluidos miembros de su gabinete.

Puede que no todos los políticos tengan buena relación con las autoridades eclesiásticas, pero lo cierto es que en España el gobierno apoya económicamente a la Iglesia con una cantidad anual que asciende a los 3 millones de euros. Siendo así, cómo no van a invitar los párrocos a las autoridades, si reciben gran ayuda por parte del Estado.