De tianguis y mercadillos
Se puede decir que en este país hay dos tipos de tianguis, el conocido como “El Rastro”, un sitio que se instala cada domingo en una zona accesible a los ciudadanos, donde lo mismo se pueden encontrar piezas curiosas, antiguas y hasta de colección. También están los que simplemente se llaman “Mercadillos” o “Mercadito”.
“El Rastro” corresponde a la compra y venta de artículos más definidos como antigüedades, objetos diferentes y hasta muebles viejos que, restaurados, se pueden convertir en una hermosa pieza. Claro, en estos sitios es inevitable encontrar objetos robados a la venta. Por eso y como en todas partes, muchas personas dicen que si a uno le han robado algo, en “El Rastro” quizá lo puede encontrar.
Tanto en Madrid como en Valencia estos tianguis tienen muchas visitas los domingos, pues lo mismo se les acerca público que va sólo a curiosear o a comprar cualquier cosa que les parezca atractiva, a un buen precio.
Y así como en los tianguis mexicanos se practica el “regateo”, “El Rastro” no es la excepción, pues si uno se lo propone y sabe hacerlo, se puede llevar un buen objeto a un precio menor que el de salida.
Cuando conocí el tianguis de Valencia, me recordó a la famosa “Línea de fuego” que se instala en León también los domingos. Con la diferencia de que aquel es demasiado grande y tiene tantos puestos, que ahí uno encuentra de todo, desde herramientas, piezas usadas (o robadas) de coches, sin dejar a un lado ropa y objetos usados.
Por otro lado, en toda España también existen los famosos "Mercadillos", que quizá corresponden a las “pulgas” de algunas ciudades mexicanas y cuyos puestos venden textil, calzado y productos de alimentación. Los vendedores ambulantes se van instalando cada día de la semana en diferentes pueblos o zonas por espacio de 7 horas, 5 dedicadas al comercio y las otras dos a montar y desmontar local y artículos. En su mayoría son gitanos los que regentean los puestos, quienes con un estilo muy peculiar hacen de su trabajo comercial un momento agradable a quien anda viendo lo expuesto.
Los españoles son muy asiduos a hacer sus compras en este tipo de tianguis, sobre todo las de comida, ya que también instalan puestos de frutas, verduras, charcutería, aceitunas preparadas en diferentes formas y hasta abarrote. Sin olvidar, lógicamente, la venta de ropa, calzados, bolsos y accesorios femeninos.
Este tipo de comercio ambulante tiene años de realizarse en este país, a veces llevado de familia en familia, pues se van pasando los puestos unos a otros.